lunes, 25 de octubre de 2010

Comentario de los estudiantes a la "Filosofía de la ciencia"

TEMA 2: LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

El objeto esencial de la filosofía de la ciencia es la determinación precisa del concepto de ciencia. De lo que se trata, en definitiva, es de establecer lo que se ha dado en llamar “criterios de demarcación”, con la finalidad de distinguir lo que es ciencia en sentido estricto de aquellos sistemas que no lo son y que se presentan con pretensiones científicas. Los criterios de demarcación tienen especial relevancia en el escenario contemporáneo, habida cuenta la variedad en la oferta de sistemas con pretensiones científicas, pero que en realidad carecen de bases suficientemente sólidas como para ser tenidos como ciencia en sentido estricto. Dentro de estas ofertas cabe mencionar, a título de ejemplo, la astrología y la parasicología, entre otras.

¿Qué es la ciencia? Quizá no sea posible, en el concierto de la filosofía de la ciencia, llegar a una definición universalmente satisfactoria sobre ciencia. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la ciencia como el “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales.” En esta definición se contienen las notas esenciales del concepto de ciencia, que pueden ser enumerados de la siguiente manera:

a. Observación: es el primero de los pasos del método científico. Se trata de una observación directa de mundo y de la realidad, con la finalidad de registrar los datos que se extraen de él.
b. Sistematización: es el proceso que tiene como finalidad la relación y la correlación de los datos observados y registrados en el primer paso del método científico.
c. Formulación de hipótesis: es una afirmación, sobre la posibilidad o imposibilidad de un hecho, extraída de la sistematización de los datos registrados en la observación.
d. Verificación: es la comprobación de las afirmaciones formuladas en la hipótesis.
e. Predicción: es la consecuencia de la confirmación de la hipótesis y su formulación en leyes específicas.

Los sistemas que han pretendido establecer estos criterios de demarcación son los siguientes:

1. El Círculo de Viena

El Círculo de Viena fue fundado por Johan Craidoff y Moritz Schlick en la ciudad de Viena, en 1922 y fue disuelto en 1936. El nombre de este círculo fue “Círculo de Viena para la concepción científica del mundo”, lo cual es un indicativo de cuál fue el cometido de este círculo. Siete años después de su fundación, los miembros del Círculo de Viena publicaron el manifiesto conocido como La visión científica del mundo. Un hecho esencial tanto para la fundación como para el ulterior desarrollo del Círculo fue la publicación del Tractatus logico-philosophicus, de Ludwig Wittgenstein. Las conclusiones de Wittgenstein vinieron a ser una confirmación de la intuición inicial del Círculo, que buscaba la elaboración de un lenguaje común por parte de la filosofía, pero teniendo como referente esencial el lenguaje de la física, por ser la ciencia que más avances tenía en la época.

La filosofía del Círculo de viene estuvo fuertemente determinada por la visión de David Hume, John Locke y Ernst Mach, lo cual hizo posible la asunción del método inductivo y la refutación de todo aquello que no era empíricamente observable, principalmente la metafísica. Posteriormente la filosofía del Círculo de Viena es conocida como “positivismo lógico” o “empirismo lógico”. Los miembros del Círculo de Viena admitieron la posibilidad de dos tipos de proposiciones que nos permiten hablar del mundo: las proposiciones a priori,q que son el resultado de la evidencia de los sentidos, y las proposiciones analíticas, que tienen en sí mismas su significado. A partir de esta distinción, los representantes del Círculo de Viena admiten que sólo puede considerarse como ciencia aquella que pueda resultar verificable.

Una proposición es verificable, por un lado, cuando se puede comprobar su verdad y, por otro lado, cuando se puede comprobar el método por el cual se ha alcanzado. Esta consideración fue lo que llevó al Círculo de Viena a darle especial importancia al método inductivo y a asumir el razonamiento abductivo de la lógica aristotélica, donde la premisa mayor siempre es considerada como cierta, mientras que la premisa menor es sólo probable y la conclusión comparte este mismo grado de probabilidad. Un ejemplo: “Todos los cuadros del museo son grandes; estos cuadros son grandes; luego es proble que estos cuadros vengan del museo”.

Sin embargo, a pesar de la fuerza de la verificación como criterio de demarcación y del inductivismo como método científico, ambos se las tienen que ver con sendas críticas, una de las cuales puede ser formulada así: “¿Es verificable por los sentidos que la verificación es verificable?”

2. El falsacionismo: Karl Popper

A pesar de que la obra de Karl Popper (1902 – 1994), La lógica de la investigación científica, tuvo una fuerte influencia en el Círculo de Viena, el llamado “falsacionismo” constituye una de las más fuertes críticas al verificacionismo del Círculo de Viena. Más que verificar una teoría a través de los sentidos, Karl Popper propone el falsacionismo como la posibilidad de constatar el nivel de verdad de una proposición a través de un contraejemplo.

Para la teoría de Popper son fundamentales los cuantificadores. Existen, como tal, dos cuantificadores: el universal afirmativo (todos) y el universal negativo (ninguno). También existe el cuantificador particular (algunos) que puede servir para afirmar o para negar. La crítica de Popper se basa en el carácter universal de las proposiciones en que se basa la ciencia.

Algunas proposiciones con cuantificador particular son verificables a través de la observación, pero las proposiciones con cuantificador universal no pueden ser verificables, porque no se puede llegar a la comprobación de todos los elementos. Decir, por ejemplo, que todos los cuervos son negros, requeriría conocer todos y cada uno de los cuervos para llegar a verificar que éstos son negros; pero no es posible llegar a tales niveles de verificación. Hete aquí la gran limitación de la teoría de la verificación como criterio de demarcación científica y la necesidad de buscar contraejemplos que puedan servir para verificar o no el carácter de una proposición con cuantificables universales afirmativos. Lo mismo cabe decir para sostener el carácter predictivo de la ciencia. No se puede predecir un hecho porque siempre haya sido así durante algún tiempo determinado. No se puede decir, por ejemplo, que mañana habrá un día caluroso porque durante todos los días ha hecho calor.

De este modo, para Karl Popper el criterio de demarcación es el falsacionismo. Aquellas proposiciones que no puedan ser falseadas a través de un contraejemplo son las que determinan el carácter científico de una disciplina.

3. ¿Un conocimiento definitivo? Thomas Kuhn y Paul Feyerabend

Thomas Kuhn (1922 – 1996) partió de la afirmación de la inexistencia de conocimientos definitivos. Existen las teorías, no los conocimientos definitivos. En este sentido, Kuhn se distancia tanto del inductivismo del Círculo de Viena como del falsacionismo de Popper. Para Kuhn la ciencia no puede ser tenida como un conocimiento definitivo de la realidad, producto de la acumulación. La ciencia obedece a los cambios de paradigmas que, a su vez, entrar en el plano de lo imponderable e incomparable. En su obra La estructura de las revoluciones científicas, Kuhn destacó la importancia de los conceptos de “paradigma” y “cambios de paradigma”. El paradigma viene a ser las prácticas que definen a una ciencia determinada en un período de tiempo también determinado. Esto significa que no existe un paradigma científico definitivo, sino que el mismo está sometido a cambios que varían de acuerdo a los contextos.

Por su parte, Paul Feyerabend (1924 – 1974) es reconocido como el creador del anarquismo epistemológico. Su punto de partida es la afirmación del carácter dictatorial de la ciencia, considerando que dentro de su campo no existe la posibilidad del disenso. La ciencia, según Feyerabend, busca imponerse a través de los mecanismos publicitarios y de una sofisticada retórica con miras a lograr el convencimiento de un auditorio. El anarquismo epistemológico afirma la inconveniencia para la ciencia de regirse por reglas y métodos fijos. Las leyes universales que rigen la ciencia, lejos de serle beneficiosa, le es perniciosa. La ciencia tiene que estar atenta y abierta al contexto, y valerse de herramientas concretas, pero no deben ser asumidas como leyes de carácter universal.


CUESTIONES COMPLEMENTARIAS


1. ¿Cuál crees que es el mejor criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia?


Lógicamente que el “mejor” de los criterios de demarcación de la ciencia es aquel que cumpla cabalmente con su cometido. La época contemporánea exige –quizá como ninguna otra- criterios de demarcación que permitan establecer criterios claros y definidos entre lo que es la ciencia y lo que no lo es. Sin embargo, en nuestras discusiones en clase sólo hemos considerado los dos criterios de demarcación más aceptados dentro de la filosofía de la ciencia: el verificacionismo y el falsacionismo. Creo pertinente señalar aquí que tanto el uno como el otro presentan serias dificultades de tipo metodológico, que me llevan a pensar que la vía más expedita en este caso no es hacer una opción por el uno o por el otro, sino buscar una vía intermedia que permita tomar lo mejor de cada uno de los criterios de demarcación. No se trata, pues, de opciones exclusivas, sino de hacer un esfuerzo de síntesis que permita relacionar y correlacionar los mejores elementos tanto del verificacionismo como del falsacionismo.

Lo que se ha dado en llamar “relativismo” de T. Kuhn y P. Feyerabend creo que es un elemento a tomar en cuenta dentro de esta labor de relación. La epistemología busca el establecimiento del conocimiento como creencia verdadera justificada. Desde René Descartes hasta Bertrand Russell las hipótesis escépticas han jugado un papel determinante, sobre todo para desmontar las certezas absolutas y con un carácter irrevocable. Estas hipótesis escépticas presentan, como vimos, serias dificultades y su valor estriba dentro de un marco de tipo metodológico. Dicho de otro modo, las hipótesis escépticas nos permiten asumir metodológicamente que las certezas no pueden venir sino de aquellos juicios a priori que de suyo tienen un carácter universal y necesario. El relativismo en este caso podría tener un valor de tipo metodológico, porque quizá sea insostenible que la ciencia dependa de la historicidad y carácter coyuntural del paradigma, como afirma T. Kuhn, y que la ciencia deba prescindir de todo marco metodológico, como propuso P. Feyeraben. El relativismo, en definitiva, permite ser más cautos a la hora de formular juicios con un carácter absoluto.

En todo este contexto rescato la propuesta de K. Popper, conocida como racionalismo crítico, partiendo del carácter racional de la ciencia y de cómo nuestras creencias pueden ser sometidas a revisión constante.






2. ¿Estarías de acuerdo con la crítica que Popper hace al marxismo y al psicoanálisis?

Antes de entrar en la manifestación de mi opinión respecto de la postura de Popper sobre el marxismo y el psicoanálisis, me parece apropiado exponer lo que vengo considerando una de mis convicciones en materia de sistemas de pensamiento, por decirlo de alguna manera. En diversos escenarios siempre he defendido el carácter dinámico del conocimiento. Dentro de su dinamismo interno, el conocimiento tiene un carácter progresivo y acumulativo, que nos permite, entre otras cosas, llegar a conocimientos cada vez más acabados sobre el mundo y la realidad. Creo que la ingeniería genética, por citar un solo caso, es una prueba de ello. Hace treinta años los estudios de la genética no se encontraban en el nivel de avance que en el momento presente. No es extraño, de acuerdo a esta lógica, que en unos cincuenta años los descubrimientos de la genética sean mucho más avanzados que los de ahora. Lo mismo cabe decir con todas las ciencias. En este procesos algunas hipótesis se confirmarán, otras se desecharán y otras muchas se reformularán. En todo caso, el carácter dinámico del conocimiento, del conocimiento científico y de la ciencia en general, me parece una realidad insoslayable.

¿Dónde reside el problema? El problema reside, a mi parecer, en la afirmación absoluta de ideologías y sistemas que en un momento dado sirvieron para explicar una parte del mundo y de la realidad, pero que ahora no son susceptibles de afirmaciones que prescindan de la crítica y del discernimiento en general. En este sentido, considero que tanto el marxismo como el psicoanálisis necesitan una profunda revisión que permita establecer y demarcar con precisión sus límites, sobre todo a la luz del contexto histórico y del estado actual de la evolución de la ciencia. La aplicación acrítica de un sistema en una época distinta a la que le dio su origen, puede traer como resultado un serio anacronismo. Aunque caricaturesco el ejemplo, sería como ver caminando a un hombre por el Paseo Ciencias luciendo una falda escocesa. Una ideología no puede ser aceptada correctamente si no se tiene en cuenta el contexto histórico que le dio origen. Más aún, es el contexto histórico de origen el que parece marcar la pauta en la determinación de la vigencia o no de una ideología.

Todo lo anterior, leído así sin más, me podría situar en la línea de T. Kuhn, con el carácter coyuntural del paradigma, y de T. Feyerabend, con la aniquilación de reglas metodológicas fijas en el marco de la ciencia. Sin embargo, mi afirmación del carácter histórico de las ideologías y de los sistemas no niega el carácter acumulativo del conocimiento y de la ciencia en general. Por el contrario, la afirmación de la dinamicidad del conocimiento y de la ciencia es lo que permite hablar con propiedad de los avances científicos. Precisamente por eso es por lo que existe el criterio de demarcación: porque necesitamos establecer con precisión lo que es ciencia y lo que no es ciencia; porque necesitamos discernir entre la ciencia propiamente dicha y lo que no es más que una pseudociencia.

Llegados a este punto, puedo afirmar que las críticas de Popper al marxismo y al psicoanálisis son perfectamente válidas, porque ambos sistemas, lejos de exponer sus leyes al criterio del falsacionismo que de alguna manera las pusiera en entredicho, más bien buscaban ejemplos confirmativos de dichas leyes. No es ciencia, pues, aquello que no sea capaz de sostener la crítica y la falsación de sus propias leyes. Creo que el aforismo de Popper tiene una vigencia difícilmente refutable: «La perspectiva errónea de la ciencia se descubre por su avidez de ser verdadera.»

3. ¿Cuáles son algunas de las pseudociencias más comunes que has encontrado, y por qué las considerarías pseudociencia?

Como expresé más arriba, creo que en el momento actual de nuestro contexto histórico exige más que nunca la claridad de los criterios de demarcación. También afirmé, al intentar responder a la primera pregunta, que quizá el inductivismo y el falsacionismo, sean insuficientes a la hora de actuar como criterios de demarcación. Quizá la búsqueda y establecimiento de nuevos criterios de demarcación sean un imperativo intelectual en la época contemporánea, no sólo el la pululación de sistemas con pretensiones científicas y el número cada vez más creciente de adeptos a estas nuevas propuestas, sino por la confusión que existe –aún en quienes no debería existir- entre lo que es ciencia y lo que no es ciencia. A continuación referiré un hecho anecdótico, pero muy diciente en lo que vengo exponiendo.

Hace pocos días, revisando el sitio Web de la famosa red de librerías “Tecniciencia”, me llevé una sorpresa mayúscula al constatar que la sección correspondiente a los libros de filosofía está ubicada dentro de la sección de las “ciencias sociales”. Pregunta: ¿qué criterios tuvo el clasificador para incluir la filosofía dentro de las ciencias sociales? ¿Es que hubo un cambio sobre el carácter especulativo de la filosofía y no nos dimos cuenta? En la misma página Web existe, por otro lado, una amplia gama de ofertas en los rubros de “astrología y ciencias ocultas”. ¿Qué tipo de ciencia puede ser considerada aquella que de suyo tiene un carácter “oculto”?

En continuidad con la cuestión formulada en el principio, me parece que la pseudociencia más generalizada es la astrología. Llama poderosamente la atención ver la cantidad de personas, incluso con formación profesional y capacitación intelectual, que creen a ciegas en las predicciones que pueden resultar del estudio de los astros. Esto es lo que ha hecho posible, entre otras cosas, que la “comunicabilidad” de esta pseudociencia cuente con tantos escenarios y órganos de publicidad, que van desde el horóscopo que aparece cada día en revistas y periódicos, hasta publicaciones cada vez más sofisticadas en ediciones impresas y en ediciones digitales. No es extraño encontrarse cualquier cantidad de libros y de publicaciones mayores sobre el horóscopo, la carta astral, el horóscopo chino y demás, con una amplia aceptación dentro de un público, igualmente, muy variado.

Creo que este auge de la astrología se sitúa en el marco de la aspiración del hombre por controlar cada vez más mayores esferas de la realidad. El hombre siempre se ha sentido inquieto ante el futuro, ante lo que va a suceder, ante cómo será lo que está por venir. Al no encontrar en la ciencia propiamente dicha las herramientas que le permitan obtener el dominio sobre lo que va a acontecer, el hombre no tiene problema de echar manos a los recursos que le proporciona la astrología, el horóscopo, la “lectura” del tabaco, de la borra del café y de los caracoles. Todavía en Venezuela es muy fácil encontrarse con personas que pueden ir a un curandero a que les “rece” una “culebrilla” o a un médico para que les ordene una resonancia magnética. Y lo que dije: esta tendencia no sólo es posible encontrarla en personas que no han tenido acceso a la formación profesional. También personas formadas académicamente pueden dar lugar a la “lectura” de su carta astral y cosas por el estilo. En todo este juego cobra especial importancia lo que llamo el “mecanismo de la coincidencia”. Si entre lo que dice el astrólogo, brujo, nigromante y adivino y la realidad de quienes los consultan se produce una “coincidencia”, eso es suficiente para validarlos.
Ángel Villasmil

¿Cuál crees que es el mejor criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia?
El criterio de demarcación propuesto por Karl Popper de falsabilidad de las proposiciones, considero que es el criterio más claro para poner límites entre las ciencias y las pseudociencias.
Este criterio de demarcación se diferencia también del positivismo lógico, llamado empirismo lógico, que es la clasificación de la realidad a través de la observación. Popper va más allá de la propuesta empirista que aplicaba su principio a ciertos enunciados científicos, es decir solo a las teorías propuestas. Para èl todo enunciado científico es una teoría, pero con su criterio busca delimitar el ámbito de las teorías de las ciencias empíricas de manera categórica, estableciendo diferencias de otras teorías pseudocientíficas. Es decir el mismo Popper busca establecer a través de su criterio de demarcación, un propósito de separar las teorías científicas de las que son pseudocientíficas. Ejemplo las señaladas en clase, el psicoanálisis, el marxismo vulgar. Lo que realmente sirve para demarcar es el “Criterio de falsabilidad” de las teorías que están en el ámbito de las teorías empíricas; en resumen separa las ciencias empíricas de las que no lo son. Popper no se quiere identificar como miembro del círculo de Viena. El indica con mucha importancia que las teorías metafísicas han sido y siguen siendo muy importantes para la ciencia, por ellos han creado problemas e investigaciones que han facilitado teorías científicas, permitiendo que se establezcan propuestas de investigación que dan como resultado conocimientos científicos. Existen otras teorías científicas que quedan fuera de lo que delimita el criterio, estas son las teorías de las ciencias normales (matemáticas, lógica).
Popper especifica la falsabilidad con la contrastación de una teoría. Toda teoría puede ser sometida a prueba; es decir una teoría es falsable si esta formulada de modo tal que puede existir alguien del mundo, que pueda dar, permitir, demostrar que la teoría es falsa.
Este criterio de Popper es contrario a los criterios de la pseudociencia que como el psicoanálisis permiten explicar cualquier hecho dentro de su campo de aplicación, sin poder refutarse jamás. Para Popper una teoría es científica si se puede aplicar el criterio de falsabilidad, sus síntesis está en relación lógica de incompatibilidad con al menos uno de los enunciados que detallan eventos o hechos observables, llamados por el enunciado básico.
Falsable quiere decir refutable, es decir que la teoría es una estructura de enunciados de la que se pueden en algún momento demostrar que es falsa, pero al mismo tiempo tiene la dimensión de la relación lógica de la incompatibilidad.
La pseudociencia no funcionan ante esta propuesta de Popper, los hechos que defienden no son nunca verificables por que solo funcionan en condiciones fuera de control si se hacen propuestas que no resultan, entonces se acuden a las disculpas que tampoco son verificables. Tampoco elaboran teorías y ante los criterios de falsaciòn que debido tanto por no poseer teorías fundadas.
John González
C.I.:6.831.208

1. ¿Cuál crees que es el mejor criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia?
La ciencia, considerándola como un proceso en el cual se produce conocimiento, es decir, un conjunto de ideas conceptos y proposiciones obtenidas y organizadas de forma sistematizada, utilizando algún método establecido por la comunidad científica, y que tiene altos niveles de socialización constituyen desde mi punto de vista buenos criterios de demarcación para establecer en primera instancia lo que es ciencia y aquello que no lo es, considerando que todo conocimiento obtenido bajo ciertas premisas puede llegar a ser conocimiento científico.
Los criterios de demarcación son establecidos por las comunidades científicas y no tienen que ser iguales para todos los grupos o áreas de investigación. Por ejemplo: no se puede trabajar con los mismos criterios científicos para estudiar el universo y el comportamiento de los cuerpos celestes que estudiar la biología molecular en los animales de la tierra; de igual forma no se pueden establecer criterios idénticos para el estudio de la paleontología o arqueología que para estudios de química orgánica; todas estas son ciencias que estudian los eventos, procesos, variables, eventos o fenómenos de naturaleza distinta y por lo tanto las comunidades de científicos deben establecer sus criterios científicos y diferenciar lo que es conocimiento científico y lo que no lo es dentro de sus investigaciones.
Intentar establecer criterios universales para todo el que hacer científico es un error que con frecuencia lleva a despreciar hallazgos importantes para el ser humano y que pudiesen ser utilizados para mejorar la calidad de vida de todos los seres que vivimos en este planeta.
El Prof. Evaristo Méndez (2003) establece tres definiciones para la ciencia: 1.- producto socio cultural; 2.- como actividad intelectual; y 3.- como praxis social e institucional. En el primer caso la ciencia es un producto el cual es el conocimiento “racional, sistemático, verificable y falible” tomando esta definición de Mario Bunge. Para el segundo caso, la ciencia como actividad intelectual, “constituye la aplicación de la razón para la explicación y/o comprensión sustentada y fundamentada, consistente y pertinente de la realidad. Recordemos que existen muchas teorías científicas que aún no han sido demostradas experimentalmente bien sea por la imposibilidad de estas pruebas o por carecer en la actualidad de la tecnología necesaria para su demostración; pero que presentan explicaciones consistentes con la realidad.
En el tercer caso el profesor Méndez establece la ciencia como praxis social considerándola como aquella ciencia que realizan ciertas personas o científicos de manera personal o institucional, organizándose para producir este tipo de conocimiento, para intervenir en los procesos de cambio social, con programas sociales, trabajo comunitario, entre otros.
Para este caso en particular podemos establecer lo que algunos autores destacan como las ciencias sociales, a pesar de que para otros no existe tal ciencia.
Para el Dr. Luis Damiani (2005) las ciencias sociales “son un fenómeno cultural relativamente reciente en la historia de la humanidad”, debido a los rígidos criterios de demarcación que estableció el positivismo lógico en su tiempo. Damiani establece que “el estudio de los comportamientos sociales debe realizarse con los mismos métodos de las ciencias naturales”, constituyéndolo como el modelo o paradigma para todas las ramas del conocimiento factico, incluyendo el conocimiento psicológico. Con estas afirmaciones se pueden considerar como ciencias algunas investigaciones en este ámbito que hace pocos años no debían ser consideradas como tal. Se dan los primeros pasos hacia nuevas concepciones de conocimiento científico y de los criterios de demarcación.
Miguel Martínez (2009) afirma que “una nueva sensibilidad y universalidad del discurso, una nueva racionalidad, está emergiendo y tiende a integrar dialécticamente las dimensiones empíricas, interpretativas y críticas de una orientación teorética que se dirige hacia la actividad práctica, una orientación que tiende a integrar el pensamiento calculante y el pensamiento reflexivo”. Esto presenta un desafío para las ciencias y en especial para los científicos; las comunidades deben repensar los métodos utilizados para “conocer” la realidad y presentar las explicaciones y predicciones correspondientes pero estableciendo nuevos paradigmas, nuevos criterios de demarcación que permitan el acceso a esa realidad, en su más intima esencia, lo cual constituye también todo un desafío epistemológico. Para Martínez un nuevo enfoque denominado sistémico emerge para considerar los aportes científicos en diversas áreas integrándolas en un contexto mucho más amplio y con mayor sentido, lo que él ha llamado un paradigma sistémico, cuyos criterios de demarcación están en proceso de definición y aplicación.


4. ¿Qué críticas harías al criterio de demarcación del positivismo lógico?
El positivismo lógico del Círculo de Viena estableció como principales presupuestos epistemológicos la denominada “teoría verificacionista del significado” basada en la distinción de los contextos del descubrimiento y de su justificación. La tesis central de sus discusiones era la demostración lógica de los descubrimientos, las leyes y categorías con ayuda del método inductivo. Este método se adopto como el método más apropiado de hacer ciencia y de crear conocimiento científico. Como presupuestos lógicos establece la lógica simbólica de los principios matemáticos, como la principal herramienta de análisis. Para el positivista lógico, hay dos formas de investigar que producen conocimiento: la investigación empírica que se realiza a través de las diversas disciplinas, y el análisis lógico de la ciencia, que se desarrolla a través de la filosofía. Esto determinó una filosofía de la ciencia para esta corriente epistemológica, subordinándola a ella.
Vale la pena resaltar algunos rasgos importantes que caracterizan a la concepción heredada de la ciencia y la tecnología:
1.- No toma en cuenta el contexto socio-cultural, político, económico, ambiental y ético para las investigaciones.
2.- No considera los nuevos enfoques transdisciplinares, sistémicos y de interacción dinámica de los fenómenos estudiados.
3.- Mantiene la excesiva especialización del conocimiento.
4.- Aplica la lógica y la matemática en forma exagerada, pretendiendo representar la realidad social a través de estas disciplinas.
5.- Evade el contenido axiológico que toda ciencia debe contemplar.
Por todo lo anteriormente expuesto, se hace necesario el estudio de nuevas formas de concebir el conocimiento bajo nuevas perspectivas como la del pensamiento complejo, en la búsqueda de una nueva concepción de las ciencias, con miras a la transformación social, cultural política y económica que tanto necesita el mundo contemporáneo.
En los actuales momentos, en los albores del siglo XXI, es importante reconsiderar qué es lo que realmente necesitamos entender por conocimiento científico pertinente y cómo debemos enfocar nuestras investigaciones. No se trata de la acumulación de conocimientos, ni de investigar por investigar; no podemos continuar desarrollando investigaciones y conocimiento que no nos lleva a nada sólo por alcanzar prestigio, premios, condecoraciones y publicaciones en prestigiosas revistas. Se debe plantear una nueva concepción de las ciencias orientada hacia un propósito loable, hacia el bienestar del ser humano y de su entorno, orientada hacia la búsqueda incansable se soluciones de los problemas que actualmente agobian a nuestras sociedades, como lo son: el hambre, la miseria, la segregación, el racismo, la contaminación ambiental, los desequilibrios ecológicos, la falta de agua, la escases de energía, entre muchos otros. Se debe desarrollar una actitud y aptitud para reconocer y analizar problemas, así como la búsqueda de sus soluciones.
Miriam Borjas.

Eduardo Lossada 18.428.419
2. ¿Estarías de acuerdo con la crítica que Popper hace al marxismo y al psicoanálisis?
Primeramente y antes de emitir una respuesta, Es necesario y razonable entender a partir del criterio de Popper en relación a la filosofía de las ciencias, que el falsacionismo o principio de falsabilidad es una corriente epistemológica que se enfoca en contrastar una teoría, lo que significa que intenta refutarla mediante un contraejemplo. Si no es posible refutarla, dicha teoría queda corroborada, pudiendo ser aceptada provisionalmente, pero nunca verificada.Esto nos lleva en el pensamiento de este autor a el problema de la inducción, el cual nace del hecho de que nunca podremos afirmar algo universal a partir de los datos particulares que nos ofrece la experiencia.

Tomando como base lo anterior, es preciso aclarar la aplicabilidad de este criterio de demarcación tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales, puesto que en las naturales es aplicado con aceptación aun cuando algunos autores como Feyerabend; sin argumentación sostienen que no existe un único método en las ciencias. En segundo orden en las ciencias sociales que es a donde está dirigida la crítica de Popper sobre el Marxismo y el psicoanálisis como posturas de este plano, no parece existir compatibilidad con un criterio de razón tan rigido, puesto que tanto el marxismo como el psicoanálisis no pueden ser contrastados o refutados, de acuerdo a ello no se trata solo de fijar una posición, ya que los enfoques en cuanto a percepción e interpretación de conocimientos sobre todo en el psicoanálisis son distintos a los considerados en las ciencias naturales.

Ahora bien a partir de las ideas anteriores, debe aclararse ¿Cuál es el enfoque de corrientes como el marxismo y el psicoanálisis?, de forma resumida partimos entonces de que el psicoanálisis no es una ciencia empírica, de esto no se sigue que no sea racional o que no sea valioso. Popper mismo declara que el psicoanálisis: “Constituye una interesante metafísica psicológica (y no cabe duda de que hay alguna verdad en él, como sucede tan a menudo en las ideas metafísicas)”. K. Popper (1995a:140).

Pensemos que el psicoanálisis es metafísica. ¿Cómo juzga Popper a la metafísica en general? Recordemos que a diferencia del Positivismo Lógico, él juzga que las teorías metafísicas tienen significado y que pueden ser sujetas a discusión crítica, y por tanto racional, aunque sean irrefutables. Si el psicoanálisis es irrefutable, no debemos desesperar. Podemos aplicarle lo que Popper dice de los problemas filosóficos: “la solución de un problema filosófico nunca es definitiva. No puede basarse en una prueba final ni en una refutación final: esto es una consecuencia de la irrefutabilidad de las teorías filosóficas”.K.Popper, (1995a: 234).

En este mismo orden de ideas, es conveniente complementar lo hasta ahora descrito con el marxismo, según Popper el pecado más grande de Marx fue profetizar acerca del futuro de la sociedad capitalista, es decir, pensar que del estudio minucioso del presente, esto es la sociedad actual, se pueden extraer conclusiones del devenir o evolución de la sociedad, lo que se evidencia en palabras del mismo Popper: “Marx fue, a mi entender, un falso profeta, profetizó sobre el curso de la historia y sus profecías no resultaron ciertas”, en definitiva el carácter científico de la obra de Marx es complejo de observar ciertamente imposible; cuando se enfoca desde el criterio de demarcación Popperiano y no parece compatible con esta corriente histórica, sin embargo la critica está más fundamentada que en relación al psicoanálisis.
Finalmente en este breve apartado, por su misma naturaleza el psicoanálisis y sus teorías no parecen compatibles con un criterio de demarcación como el de Popper, sin embargo no es comprensible una posición totalmente cerrada a la crítica. Y en el marxismo sucede algo parecido que no permite una posible fundamentación del conocimiento científico en el plano social que de tal corriente pudiera desprenderse y que sigue transmitiendo una noción pseudocientífica tanto en el marxismo como en el psicoanálisis.

Es importante destacar que estoy de acuerdo con la crítica de Popper a ambos ya que se mantienen con una postura cerrada que dificulta el avance en el conocimiento científico a partir de sus respectivas áreas y al menos desde esta óptica, no permite la corroboración de las teorías y la supresión de posibles errores que dado a la variabilidad, impredictibilidad o aparición de nuevos fenómenos tanto en una ciencia como en otra mantiene alejado al ser humano de las certezas absolutas.
Eduardo Lossada

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