domingo, 10 de octubre de 2010

Retórica y teoría de la argumentación




La retórica es el arte de persuadir. En el mundo, no todos nos adscribimos a las mismas creencias. Pero, diariamente, tratamos de persuadir a nuestros amigos de que acepten nuestras creencias; para ello, nos valemos de los argumentos. A la retórica y la teoría de la argumentación le interesa evaluar de qué manera pueden construirse los argumentos a fin de alcanzar la persuasión.
Independientemente de cuál sea tu tema de tesis, la retórica es una área de la filosofía a la cual debes prestar especial atención. Pues, mediante tu tesis, intentarás persuadir al lector de que se adscriba a tus creencias, y para ello, la retórica es un instrumento fundamental. Aristóteles advertía que la retórica no es propiamente una rama de estudio de la filosofía, sino más bien un instrumento que sirve para estudiar otras áreas. En este sentido, aun si tu tesis no versará sobre retórica, es prudente que asumas que la retórica, lo mismo que la lógica, es un instrumento que te servirá para elaborar satisfactoriamente tu trabajo de grado.
La retórica es un tema de estudio muy amplio, pero nos ocuparemos fundamentalmente de cuatro grandes cuestiones.
I. La relación de la retórica con la epistemología y la ética: En la Antigüedad, los sofistas eran muy entusiastas de la retórica, pero Platón la veía con desprecio. Platón estimaba que había un gran peligro en la retórica, en la medida en que su objetivo es persuadir sin importar la consecución de la verdad. Ciertamente, la retórica invita a considerar hasta qué punto un buen rétor es capaz de mantener la búsqueda comprometida de la verdad. Los abogados contemporáneos enfrentan este dilema.
II. Las tres formas de la retórica según Aristóteles. En función del auditorio, Aristóteles pensaba que la retórica podía apelar a algunos de estos tres principios: a) ethos, busca la persuasión apelando a las virtudes y el carácter del orador; b) pathos, apela a las emociones de la audiencia; d) logos; intenta persuadir racionalmente.
III. Las estrategias de la argumentación. No hay propiamente una 'receta' para persuadir a los demás, pero sí es posible delinear algunas estrategias que pueden emplearse en la empresa argumentativa; por ejemplo, el empleo de figuras literarias, apelar a los loci (lugares comunes), la construcción de argumentos mendiante la inducción, la deducción y la abducción.
IV. La detección de falacias. Ante una audiencia no cultivada en la argumentación lógica, es muy fácil (y tentador) emplear falacias que tienen un efecto psicológico persuasivo, pero que que son lógicamente deficientes. El estudiante de la retórica debe estar alerta de la proliferación de falacias en los discursos. Desde la Antigüedad, se han estudiado y clasificado las falacias; conviene familiarizarse con las más comunes.

Responde con elaboración alguna de estas preguntas:
1. ¿Crees inmoral que un abogado persuada a un jurado a favor de una creencia, aun si esta creencia es falsa?
2. Si fueras el presidente Chávez y te dirigieras a la nción, cuál de las tres formas retóricas aristotélicas (ethos, pathos, logos) privilegiarías, y por qué?
3. ¿Cuáles son algunas de las falacias más comunes que escuchas entre los políticos venezolanos?
4. ¿Cómo podrías persuadirme a favor de alguna de estas posturas? a: Hitler fue un gran ejemplo moral; b) La pena de muerte debe emplearse; c) El hombre es más inteligente que la mujer; d) El mundo se acarbará en el 2012.

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